"Pienso en ti. Te recuerdo en mi cabeza con la auto-recomendación de no dejar que me empapes el alma." Eres ese lobo y yo el cordero, pero fui yo quien besó primero.
Espero no olvidar nada:
Hace unos días me preguntaban como te conocí y yo decía que no te conocía, y que además eso era lo que más me gustaba y que así cada día podría descubrir alguna manía (o alergia) tuya. Solo tenia claras unas pequeñas cosas, de las que la realidad me acabó cobrando un par de hostias. También tenia que decir que ojalá viajes tanto, que eches esto de menos y quieras volver (ya dije que soy un puerto seguro, atraques como atraques) y lo digo ahora y siempre. Que si torres más altas cayeron, una coraza no es nada para este cabeza dura y sus ganas. Y me cuentes las historias que no pudiste leer en tus libros de novela fantástica, pero que viviste, para que así yo las convierta en poesía (aunque no la vayas a entender).
Ojala esos labios encuentren la espada que mate a todos sus demonios, ya que las flechas directas no logran alcanzarlos. Y yo reiré siempre desde filas traseras. Aunque no voy a negar, que podría ser la más dura vanguardia, corazón en mano, por el módico precio de un par de besos.
Aunque mejor así, que dicen que el tiempo es oro, pero joder, hay cosas más importantes que el oro y yo solo quería un poco de tiempo contigo para malgastarlo.
Me gustaría tener como acabar, pero esta vez no es una de esas veces de "principio, nudo y desenlace" y ahí acaba todo.
Como si acabara de sentir,
y eso
no ocurrirá nunca.
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