Jesús, ahora mismo estás sanando. Poco a poco, el tiempo no importa cuando lo importante es hacerlo bien. Pero quiero dejarte claro que vas a salir de esta. Volveras a querer como siempre lo has hecho. Porque a ti te encanta querer y eso no debe cambiar, aunque ahora te dé más miedo que nunca. Eres amable, empático, con los pies en el suelo, apasionado, energético y sentimental. También algo llorón, gruñón, perezoso y bastante directo. Pero así eres tú y no querría que fueras de otras forma.
Hemos pasado por muchas cosas: momentos sin amigos, muertes, divorcios, rupturas... y hemos salido adelante y lo vamos seguir a haciendo. Porque como Alberto te dice siempre eres un persona muy brillante y eso lo tienes tan grabado a fuego, que no vas a permitir que nadie te apague y te haga creer que no eres increible.
Siempre hemos estado el uno para el otro, aunque a veces no nos hayamos llevado demasiado bien. Por suerte ahora somos buenos amigos y eso no debe cambiar, porque nadie te va a querer como yo. Si no sabes donde colocar todo el amor que sentías por esa persona, yo lo guardaré.
Porque nunca he creído en Dios,
pero si tuviera que creer en algo,
sería en ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario