martes, 27 de septiembre de 2016

Son las 4:17 de la noche. Me encuentro en mi salón, solo. viendo un anime cualquiera.
Se me ha pasado una imagen por la cabeza, la serie se ha parado y se me han escapado un par de lagrimas. Y hasta yo, me he sorprendido.
Te he recordado a ti, susurrandome mi nombre al odio. Y a mi temblando como nunca antes.
Me he tapado los ojos, como intentando cerrar un grifo, pero el agua sabe correr entre los dedos.
He mirado al techo, suspirado y el anime ha continuado, salvandome de ahogarme a mi mismo.

1 comentario:

  1. Quizá lo de confundir la palabra oído con odio no ha sido casualidad. Quizá dolía tanto por el veneno.

    ResponderEliminar