Harriet tenía el don de poder volver al momento donde sonó aquella canción por primera vez junto al amor de su vida. La maldición que la atormentaba haría feliz a cualquiera.
Llevo exactamente con la misma maldición desde hace un par de meses, no con canciones. Con fotos y palabras. Quizá por eso no he dejado de llorar y volver cada noche al igual que ella.
Pero no podemos vivir en el pasado. Y ojalá tener una ventana para ver al futuro, para saber si me gusta. Para ver si volveré a cuando estoy escribiendo esto y pensaré: "si que dejaste de llorar, lo has hecho genial".
A Harriet le irá bien.
Espero que a Jesús también.
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