Me crucé con ella de vuelta a casa. Al estar a la misma altura, ambos nos detuvimos. Se le notaba que había vivido tanto tiempo en la oscuridad, que se acabó convirtiendo en ella. Y en sus ojos solo se veía el dolor que tanto caos puede causas.
Le pregunté a qué sabia haber perdido tanto las ganas.
Y ella contestó: ¿recuerdas el último beso que le diste?
Pues ahí lo tienes.
Le pregunté a qué sabia haber perdido tanto las ganas.
Y ella contestó: ¿recuerdas el último beso que le diste?
Pues ahí lo tienes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario